Recibí de mi querida hermana un mail, diferente.
Habla de otro tipo de mujeres y los hombre que las aprecían.
¿Cómo ha cambiado el mundo? ¿Cómo hemos perdido valor ante nosotras mismas y ante los hombres?
Pensamos que transgrediendo nuestro cuerpo, con dietas, ginmásia, plásticas, podremos reconquistar, el tiempo o um amor perdido. Ser mas bonitas, no envejecer.
Pero ésto no pasa y a veces conseguímos, ultrapasar la línea de lo necesário, para ir al ridículo.
Soy a favor de darse una manita de gato y reparar algo que te molesta, pero siempre con parcimonia. Para no parecer la esposa de Frankestein.
A los 50 y tantos, no podemos competir, con las jovenes, en la flor de la edad.
Cada edad tiene su belleza.
Las mujeres maduras, también, tenemos otras cualidades que la vida nos proporcióna.
!No quiero competir!
Quiero vivir mi vida tranquilamente. Aprender hacer deliciosas comidas, para quièn quiera apreciar los secretos de cocina. Cocer, tejer, cuidar de mis nietos, jugar cartas o dominò, o tal vez solo tomar el té, en las tardes con las amigas, hacer todo lo que las abuelas hacían.
Ser un puerto seguro, para las nuevas generaciónes, no competir con ellas.
Aún hay mucho que hacer, por mí, por otras mujeres y por otros hombres.
Esta es mi lucha.
Recuperar, valores, aprender a vivir, dar buenos ejemplos.
Y dejar para las generaciónes venideras.
Un mundo mejor!!!
EL DULCE SABOR DE UNA MUJER EXQUISITA
(por Gabriel García Márquez)
Si aún no ha pasado el bisturí por tu piel,
si no tienes implantes de silicona en alguna parte de tu cuerpo,
si los rollitos no te generan trauma,
si nunca has sufrido de anorexia,
si tu estatura no afecta tu desarrollo personal,
si cuando vas a la playa prefieres divertirte en el mar y no estar sobre una toalla durante horas,
si crees que la fidelidad sí es posible y la practicas,
si sabes cómo se prepara un arroz,
si puedes preparar un almuerzo completo con postre,
si tu prioridad no es ser rubia a como de lugar,
si no te levantas a las 4:00 a.m. para llegar primera al gimnasio,
si puedes salir con ropa de gimnasia tranquila a la calle un domingo, sin una gota de maquillaje en el rostro....
ESTÁS EN VÍA DE EXTINCIÓN... Eres una mujer exquisita!
Una mujer exquisita no es aquella que más hombres tiene a sus pies;
si no aquella que tiene uno solo que la hace realmente feliz.
Una mujer hermosa no es la más joven, ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso o el cabello más llamativo;
es aquella que con tan sólo una franca y abierta sonrisa, con una simple caricia y un buen consejo puede alegrarte la vida. Una mujer valiosa no es aquella que tiene más títulos, ni más cargos académicos;
Una mujer exquisita no es la más ardiente (aunque si me preguntan a mí, todas las mujeres son muy ardientes... y los que estamos fuera de foco somos los hombres);
sino la que vibra al hacer el amor solamente con el hombre que ama.
Una mujer interesante no es aquella que se siente halagada al ser admirada por su belleza y elegancia; es aquella mujer firme de carácter que puede decir NO.
Y un HOMBRE, UN HOMBRE EXQUISITO es aquel que valora a una mujer así.
Que se siente orgulloso de tenerla como compañera.
Que sabe tocarla como un músico virtuosísimo toca su amado instrumento.
Que lucha a su lado compartiendo todos sus roles, desde lavar platos y tender la ropa, hasta devolverle los masajes y cuidados que ella le prodigó antes...
¡Qué desagradecidos hemos sido -y somos- cuando valoramos el "regalo" solamente por la vistosidad de su empaque...!
Gabriel García Márquez
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